martes, 4 de marzo de 2008

Cuatro meses, tres semanas y dos días

Me doy cuenta de que no había hablado de esta soberbia película. Confieso que salí del cine vapuleada. El tema es durísimo y la manera de contarlo, magistral. Al margen del debate de qué ha querido decir el director, que para mí es clarísimo, queda el drama de estas dos mujeres jóvenes que ven como sus vidas quedan marcadas para siempre por la muerte. En Cuatro meses se refleja de una forma muy directa como, ante el problema del aborto, la mujer se queda sola. No la acompaña su pareja, ni su familia, ni la sociedad. Quien antes celebraba el amor, la fiesta o la sexualidad se retira o, discretamente, aparta la mirada. El mayor engaño es pensar que, en esas circunstancias, que siempre son duras, la solución es también cerrar los ojos a la otra persona que empieza a intervenir. Y ese engaño se redondea con uno de los lemas más mentiroso que conozco: ese nosotras decidimos: un lema que parece ideado por el más machista de los hombres: sí, ahora, decide tú y, si decides abortar, yo tengo un problema menos.... Y la mujer, uno más.
Por cierto, nadie entiende porque esta joya de cine rumano no estuvo la otra noche en los Oscar

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